jueves, 8 de mayo de 2008

Arbolito llega a Argentinos



Arbolito se presenta en el microestadio de Argentinos Juniors el sábado 10 de mayo a las 21 horas para presentar su cuarto disco de estudio "Cuando salga el sol" que logró llegar a mayores puntos de ventas porque es el primer trabajo realizado con una mega discográfica como SonyBMG.

Entre los invitados para el recital figuran Daniel Buira, productor del disco, Juan Subirá y Peteco Carabajal que compartirán canciones de "Arbolito Folklore", "La mala reputación" y "La arveja esperanza" anteriores CDs de la agrupación.

La banda que mezcla folklore y rock esta compuesta por Ezequiel Musid en voz y guitarra; Agustín Ronconi en charango, quena y coros; Pedro Borgobello en clarinete, sikus y coros; Andrés Fariña en coros y bajo; Sebastián Demestri en percusión y Diego Fariza en la batería.

Pero estos muchachos no son solo reconocidos por la música que llevan a cada rincón de la argentina sino también por la reivindicación de los pueblos originarios que habitaban el país antes de la llegada de los españoles que llevan como estandarte apoyados por el escritor Osvaldo Bayer, autor de “Rebeldía y esperanza” y “La Patagonia rebelde”, al que le dedican el tema “Osvaldo” en su último CD.

La agrupación que lleva diez años ininterrumpidos adquirió el nombre de Arbolito en homenaje al indio ranquel Arbolito que decapito al Coronel Rauch para vengar a todos sus compañeros asesinados por el militar.

A continuación les presentamos el video clip del corte “La costumbre”:

Más info:

www.arbolitofolklore.com.ar/

Por Mariano Minvielle


martes, 6 de mayo de 2008

El under es la cura para la decadencia del rock


Sting, vocalista del grupo británico The Police, declaró a mediados del 2006 para la revista alemana “Stern” que el rock estaba agonizando, y reavivó una polémica que hoy vuelve a inquietar al mundo musical: ¿son estos los últimos días del género?

La realidad demuestra que este ritmo de más de cincuenta años de antigüedad es junto al pop el más popular entre los jóvenes del hemisferio occidental, sin embargo lo que Sting argumenta es cierto: “Uno se duerme cuando escucha esta música en el auto, esa lírica infantil acompañada de acordes de tres y cinco notas”.

Para sostener esta afirmación, sólo hace falta comparar los elementos rítmicos y armónicos de las grandes bandas de la década del 60, 70 y 80 (The Beatles, Pink Floyd, Led Zeppelin, Queen, entre otras) con la simpleza de las de este siglo. En los conjuntos originados treinta años atrás se podía escuchar modulaciones (cambios de escalas), disonancias, amalgama de compases y canciones totalmente instrumentales, lo que en las bandas de hoy sería imposible porque aburrirían con su monotonía.

Los jóvenes con inquietudes musicales, aquellos que buscan algo distinto o más elaborado, suelen explorar otros estilos, como el jazz, el blues o el tango (en los últimos años surgieron muchas agrupaciones en Argentina), o bucear en las décadas anteriores del rock para luego formar bandas tributo.

Los nuevos experimentos basados en la mezcla de la música tecno, dance, rap y hip hop con otros géneros como el punk o el pop no dieron buenos resultados y generalmente colaboraron con la simplificación del ritmo y la armonía de las canciones.

Pero ¿por qué las agrupaciones de hoy no buscan lo nuevo, lo distinto? ¿Por qué se conforman con mostrar lo poco que tienen sin esforzarse a la hora de la composición? La respuesta es simple: el que agoniza no es el rock, sino su espíritu. Los músicos que hoy se llenan los bolsillos interpretando “hits” de melodías simples y pegadizas dejaron de ser artistas y pasaron a ser sólo un producto más en este mundo consumista.

El rock nació en la década del 50 como rebelión, al margen de un sistema gobernado por los adultos y las restricciones de la escuela, la iglesia y todos los centros de poder. La juventud se sublevaba ante un orden, el mismo que, al verse amenazado por el nuevo género, decidió tragarlo, hacerlo parte de sí mismo. Hoy el mercado controla al rock y a través de las discográficas decide lo que se debe escuchar o no. Así, los medios de comunicación imponen modas y dirigen el rumbo de la música.


Discográficas, representantes, productores e interesados varios son los buitres del rock que hostigan al artista para no dejarlo crear. El género dejó de ser música para pasar a ser un “modo de vida”, renunció a su melodía para trabajar en su imagen, en su negocio.


El verdadero culpable de la decadencia del rock es entonces el sistema de mercado, que nos acostumbró a determinadas formas musicales. Por ende, sólo podremos encontrar la cura de esta enfermedad en el under, que se aleja por propia voluntad de una estructura que lo quiere obligar a ser de determinada manera.








Emanuel Villalba

Lisandro Aristimuño entre Azules y Turquesas


Lisandro Aristimuño, el compositor de Beltrán que días atrás fue presentado en este blog, realizó el pasado fin de semana una serie de conciertos distintos, donde mostró versiones alternativas de sus ya conocidas canciones, los días 2, 3 y 4 de mayo en "La Vaca Profana", bar ubicado en Lavalle 3683.

"Entre Azules y Turquesas" se tituló este mini proyecto en el cual Lisandro se presentó el viernes junto a los "Azules" (Carli Aristide en guitarra eléctrica y Martín Casado en batería), el sábado junto a las "Turquesas" (Rocío Aristimuño en percusión y Leila Cherro en violoncello) y el domingo - en una función agregada por haber agotado las entradas de los otros dos días - compartió el escenario con la banda completa.

En el show del sábado estuvo presente Musica Oculta para sentir, escuchar y poder contar desde adentro esta muestra tan particular.

Comenzó con una versión distinta de la canción "Vos" de su segundo disco, con dos violines y dos cellos - cuarteto de cuerdas de su cellista que también ejecutaron una intro instrumental- tocados en pizzicato (sonido que se obtiene en los instrumentos de arco pellizcando las cuerdas con los dedos) ofreciendo una versión tan bella como nueva.

El recital constó de 18 canciones de sus tres discos que formaron parte de un constante vaivén entre el frío del sur que siempre ofrece, situaciones llenas de ausencia, y un clima íntimo entre los músicos y el público (alrededor de 70 personas).

"Pronto van a saber de ella" aseguró Aristimuño respecto de la única invitada que tuvo la noche, la acordeonista mexicana llamada Andrea que participó en "El árbol caído", "Plug del Sur" y "Cerrar los ojos" pintando de suavidad cada canción a través de segundas voces, además de ejecutar su acordeón.

Terminó con su principio. Luego de dos horas de música, el espectáculo concluyó con "Tu nombre y el mío" primer track de su disco debut "Azules Turquesas" editado en 2004.

El músico de 29 años aprovechó, sobre el final, para invitar a los asistentes a acompañarlo en su proxima presentación en Capital, el 23 de Mayo en Niceto Club.

Tan atípico como impecable resutó el concierto, en el cual, una vez más, los "Azules Turquesas" no defraudaron con su música escondida.

A continuación, el video de la canción ¨El Beso¨ tocada en la noche del viernes de una forma muy extraña y acústica, acompañada solamente de vientos:

Mas info en:
Por Martín Gordillo